El COE con 12 provincias en Alerta Roja por amenaza de huracán
La Temporada Ciclónica 2025 cobra un tono serio con la Tormenta Tropical Melissa, un sistema que avanza lento pero con una intensidad preocupante, poniendo a prueba la capacidad de respuesta del país. El Centro de Operaciones de Emergencias (COE) ha elevado el nivel de advertencia, manteniendo 11 provincias y el Distrito Nacional en alerta roja, el máximo grado de peligro, mientras el ciclón amenaza con convertirse en huracán en las próximas horas.
Según el último informe de situación de este sábado, Melissa, la tormenta tropical número 13 de la temporada, fue localizada alrededor de las 5:00 a. m. a unos 385 kilómetros al suroeste de Puerto Príncipe, Haití. Con vientos máximos sostenidos que alcanzan los 110 km/h y ráfagas superiores, el sistema meteorológico es una seria amenaza, moviéndose de manera exasperantemente lenta hacia el noroeste a solo 6 km/h. Este movimiento pausado aumenta el riesgo de lluvias prolongadas y, por ende, de inundaciones críticas.
La lista de zonas bajo alerta roja refleja la gravedad de la situación, concentrando la preocupación en el sur y el centro del país: Barahona, San Cristóbal, Santo Domingo, el Distrito Nacional, San José de Ocoa, San Pedro de Macorís, San Juan, Azúa, Peravia, Pedernales, La Romana y Monte Plata. En estas demarcaciones, la amenaza de daños a personas, bienes e infraestructura es considerada alta.
Otras once provincias: La Vega, Samaná, Hato Mayor, El Seibo, Bahoruco, Monseñor Nouel, Sánchez Ramírez, Monte Cristi, Elías Piña e Independencia se mantienen en alerta amarilla, indicando la necesidad de estar preparados y vigilantes ante el riesgo de crecidas de ríos o fuertes vientos.
Finalmente, María Trinidad Sánchez, Santiago, Duarte, Hermanas Mirabal y Espaillat están en alerta verde, un nivel de información que no exime a sus habitantes de seguir de cerca la evolución del fenómeno.
Ante este panorama, el COE ha sido tajante con las recomendaciones a la población: en las provincias bajo alerta, es fundamental abstenerse por completo de intentar cruzar ríos, arroyos y cañadas cuyo caudal se haya incrementado. El riesgo de ser arrastrado por las corrientes es inasumible.
Para los navegantes, las instrucciones son precisas y no dan lugar a dudas. En la costa caribeña, el mar no es navegable: los operadores de embarcaciones frágiles, pequeñas y medianas deben permanecer en puerto. Los vientos y el oleaje anormal, junto con los aguaceros intensos, las tormentas eléctricas y la visibilidad nula, hacen imposible una operación segura.
En la costa Atlántica, aunque el riesgo es menor, la precaución sigue siendo la palabra clave. Las embarcaciones tienen permitido navegar, pero exclusivamente cerca del perímetro costero, sin aventurarse a mar abierto. La naturaleza caprichosa de Melissa exige disciplina total. El país espera conteniendo el aliento a que este peligroso sistema decida su próximo movimiento.


















































