La ciencia empieza a entender qué ocurre después de una experiencia cercana a la muerte y por qué cambia tanto a las personas
Cuando alguien sobrevive a una experiencia cercana a la muerte (NDE, por sus siglas en inglés), suele contar algo más que una historia médica: muchos describen sensaciones de paz absoluta, amor incondicional o una claridad que “se siente más real que la vida misma”. Sin embargo, regresar no siempre es fácil. Para muchos, lo difícil no fue morir, sino volver a vivir después. Un nuevo estudio realizado por la División de Estudios Perceptuales de la Universidad de Virginia (EE. UU.) analizó a 167 personas que pasaron por una experiencia cercana a la muerte y descubrió que, aunque la mayoría asegura haber cambiado para bien, casi dos de cada tres buscaron ayuda profesional o espiritual para poder procesar lo ocurrido.


















































