Santo Domingo, República Dominicana.- Ante el Consejo Permanente de la Organización de los Estados Americanos (OEA), el ministro de Relaciones Exteriores, Roberto Álvarez, expuso los peligros que enfrentan las áreas fronterizas debido al canal en construcción por Haití en el río Dajabón-Masacre. Destacó su ilegalidad y cómo amenaza infraestructuras y tierras agrícolas de ambos países.

Tras escuchar la postura inmutable del embajador haitiano, Álvarez enfatizó: “Es irracional e inaceptable no detener una obra con potencial de causar un acto ilícito internacional”. Advirtió sobre una posible tragedia si no se toman medidas y se evidenció que lo construido no es un canal de riego, sino de trasvase, violando acuerdos bilaterales.

Álvarez instó al secretario general de la OEA, Luis Almagro, a intervenir prontamente con el apoyo de expertos. Afirmó que las acciones dominicanas buscan abrir espacios para la resolución diplomática del conflicto, subrayando su compromiso con el diálogo y el aprovechamiento equitativo de recursos compartidos.

El canciller Roberto Álvarez ponderó que este triunfo de República Dominicana responde a las nuevas directrices en política internacional aplicadas por el gobierno bajo las directrices del presidente Luis Abinader. Igualmente resaltó el arduo trabajo realizado por los funcionarios de la Cancillería y el servicio exterior dominicano; el viceministro de Política Exterior Multilateral, Rubén Silié; y las misiones permanentes ante las Naciones Unidas encabezadas por los embajadores José Blanco, en Nueva York, y Virgilio Alcántara, en Ginebra, Suiza. Además de las direcciones de Organismos Internacionales y Derechos Humanos del MIREX. 

El ministro aprovechó su presencia en estas votaciones para agradecer a los países que apoyaron la candidatura dominicana y además felicitó a las otras naciones electas.

Por el Grupo de Países de América Latina y El Caribe (GRULAC), además de República Dominicana fueron electos al CDH Cuba y Brasil para cubrir las tres vacantes disponibles en esa región para ese período. 

La función principal de este Consejo, que tiene sede en las Oficina de las Naciones Unidas en Ginebra, Suiza, radica en fortalecer la promoción y protección de los derechos humanos y abordar situaciones en las que se vulneran los derechos fundamentales, a partir de las cuales se formulan las recomendaciones pertinentes a los países para restituirlos, repararlos y/o establecer las sanciones pertinentes en los casos que la ameriten.

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