Santo Domingo. -Bajo los candelabros del salón de eventos que acogió el almuerzo de la Cámara Americana de Comercio (AMCHAMDR), el aire vibraba con un optimismo tangible. Entre trajes impecables y sonrisas estratégicas, el presidente Luis Abinader compartió mesa con figuras clave del sector privado, mientras Manuel Tavares, presidente del Parque Industrial Itabo (PIISA), tomaba el micrófono para trazar un sueño colectivo: convertir a República Dominicana en un país de pleno desarrollo para 2036.

Con la elocuencia de quien conoce los engranajes del progreso, Tavares desgranó los detalles del Proyecto Meta 2036, presentado por Abinader como una brújula para la próxima década. “No es solo un plan de gobierno, es el anhelo de una nación”, subrayó. La iniciativa promete industrialización, estabilidad económica, educación de calidad y seguridad ciudadana, pero su verdadera innovación radica en su plataforma de ejecución: una Unidad de Gestión de Resultados que vigilará avances sectoriales con precisión quirúrgica.

“Si todos abrazamos esta meta con la convicción del presidente, lograremos movilizar hasta al más escéptico”, afirmó Tavares, advirtiendo contra los “anticuerpos” que podrían sabotear el proyecto. Su obsesión, confesó, es blindar esta visión como política de Estado, más allá de cambios de administración.

El evento, titulado “Desarrollo Acelerado”, sirvió también para celebrar los frutos de una alianza inusual en Latinoamérica: la simbiosis entre sector público y privado. “Es un modelo extraordinario, casi único en la región”, destacó Tavares, refiriéndose a los diálogos entre gremios y gobierno que han catapultado mejoras en competitividad y transparencia. Ejemplo de ello es el salto en el ranking de Independencia Judicial: de la posición 130 en 2016 a avances significativos hoy, gracias a reformas impulsadas por Abinader.

William Malamud, vicepresidente ejecutivo de AMCHAMDR, sumó a este coro de logros los éxitos de 2024: “Posicionamos a RD como hub logístico y epicentro de nearshoring”, declaró, mientras enumeraba avances en digitalización, sostenibilidad y relaciones con EE.UU. Un mensaje reforzado por Edwin De Los Santos, presidente del consejo de AMCHAMDR, quien anticipó que la próxima visita del secretario de Estado Marco Rubio afianzará el rol geopolítico del país.

Pero no todo es champagne y cifras alentadoras. Tavares lanzó un guante a la audiencia: “El éxito no nos exime de viejos fantasmas”. Señaló deficiencias en salud, educación y energía eléctrica, además de urgencias en seguridad ciudadana. “La productividad es nuestro talón de Aquiles”, admitió, instando a evitar la autocomplacencia.

Al cerrar el evento, Abinader —flanqueado por el presidente del Senado y el ministro Administrativo— escuchó cómo su Meta 2036 se convertía en bandera de empresarios y funcionarios. Entre aplausos, quedó claro que el camino no será fácil, pero sí colectivo. Como resumió Tavares: “Soñar es el primer paso. Ahora, trabajemos para que nadie quede fuera de esta historia”.

En un mundo donde la polarización suele reinar, República Dominicana escribe su crónica social con un capítulo inédito: la unión de voluntades para transformar un sueño en huella imborrable.

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