El Salvador, Haití y Perú, las democracias más amenazadas de Latinoamérica
MADRID, 16 Abr. (EUROPA PRESS) – El Salvador, Haití y Perú han experimentado en estos dos años un empeoramiento tal de sus democracias que las sitúan entre las más amenazadas de Latinoamérica, una región en la que es cada vez más común la presencia de posiciones políticas muy polarizadas que debilitan un ya de por sí fragmentado sistema de partidos.
Así se extrae de un último informe presentado este martes en Madrid por la Fundación Bertelsmann, en el que se ha alertado también de un aumento del número de "candidatos radicales" que pretenden colocarse fuera del sistema político tradicional, cuestionando unas instituciones "persistentemente débiles".
"Latinoamérica es un exponente de cómo las corrientes autoritarias y extremistas han dañado los sistemas democráticos", ha explicado el experto de Bertelsmann en Alemania y codirector del informe, Hauke Hartmann.
Una debilidad de los sistemas políticos que es una realidad a nivel mundial, ha apuntado Hartmann. "Solo en los dos últimos años, las elecciones en 25 países han sido menos libres, se han restringido los derechos de reunión y asociación en 32 Estados y en 39 la libertad de expresión se ha visto mermada", ha denunciado.
En el caso del país que dirige el presidente Nayib Bukele, Bertelsmann percibe que su modelo de gobierno es un claro ejemplo del "aumento desmedido" del brazo ejecutivo por delante del resto de instituciones democráticas, con una precaria separación de poderes que lleva a El Salvador hacia una "autocracia moderada".
Bukele se ha beneficiado de la "autoritaria" política de seguridad interna que ha impuesto, aprovechando el descontento y el cansancio de la población ante décadas de inseguridad, delincuencia y corrupción, hasta tal punto que su modelo está siendo reproduciendo con matices en otros países de la región.
Las instituciones democráticas de América Central, desglosa el informe, son las que a mayores desafíos se enfrentan, si bien destaca la "resiliencia" de Honduras y Guatemala, país este último que ha sabido recientemente mostrar que los cambios a mejor también son posibles.
No obstante, la situación en muchos de estos países continúa siendo difícil ya que las nuevas instituciones y sus gobernantes tienen que lidiar con unos estándares del Estado de derecho autocráticos y a unas "viejas élites" que a través de sus "redes de poder" buscan "desviar" los procesos democráticos.
La inestabilidad que se vive en América Central no le es ajena al vecino más grande la región: México, que, según el informe de Bertelsmann, es durante la última década uno de los países cuyas instituciones democráticas han venido sufriendo mayor erosión.
Así, el estudio sostiene que han sido varias las administraciones que de manera consecutiva han ido limitando los derechos de participación y debilitando el Estado de derecho con sus políticas, al mismo tiempo que se han mostrado incapaces de lograr avances significativos en la luchas contra la desigualdad y la inseguridad.
El otro gran gigante de la región que se halla en esta tesitura es Brasil, donde el actual Gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva tiene que hacer frente a una gran resistencia interna de las facciones políticas afines al expresidente Jair Bolsonaro.
El informe de la Fundación Bertelsmann también pone el foco en la cada vez mayor influencia que algunas potencias "autoritarias" extranjeras tienen en la región, como son los casos, apunta, de China y Rusia.
De acuerdo con Bertelsmann esta "influencia", sobre todo a nivel comercial y en la formación de opinión pública, pondré "en jaque" el mantenimiento de las actuales instituciones.