Crisis de seguridad y violencia en Haití: Una amenaza en crecimiento
Santo Domingo.- Desde que el Consejo de Seguridad adoptó la resolución 2653 (2022), las condiciones de seguridad en Haití se han deteriorado aún más, especialmente en los departamentos de Oeste y Artibonite de Haití. La violencia armada y las violaciones de los derechos humanos están en aumento, y las pandillas expanden su control sobre nuevos territorios, indica un informe de expertos de las Naciones Unidas..
Gobernanza deficiente y crisis política
La ausencia de representantes electos, divisiones políticas y la lenta transición política contribuyen a una gobernanza deficiente que no permite una respuesta eficaz a las crisis sociales, económicas y de seguridad. La celebración de elecciones cruciales se ve amenazada por la incertidumbre, describe el extenso documento emitido recientemente en medio de las preocupaciones internacionales sobre la crisis que vive ese país caribeño.
El control económico de élites poderosas
El informe añade que un grupo selecto de familias poderosas continúa controlando la economía haitiana, priorizando sus intereses comerciales sobre todo lo demás. Algunos miembros de estas élites económicas y políticas desvían los recursos públicos y utilizan a las pandillas y la violencia para sus objetivos políticos o económicos, socavando el estado de derecho y amenazando la paz y la seguridad del país.
En cuanto a las pandillas, señala que, a medida que las elecciones se vuelven inciertas y las sanciones afectan a figuras haitianas, estas parecen emanciparse de sus patrocinadores tradicionales y diversificar sus ingresos. Sin embargo, la colaboración entre pandillas y élites aún persiste en cierta medida.
Se refiere específicamente a a coalición G-Pèp y sus aliados en Puerto Príncipe, que han fortalecido su cooperación y diversificado sus ingresos, incluyendo secuestros por rescate. La influencia de líderes como Johnson André (alias "Izo") sigue creciendo, mientras que Jimmy Chérizier (alias "Barbecue") lidera ataques violentos en nombre de la alianza rival, "Famille G9 et alliés".
Añade que la violencia de las pandillas, incluyendo la violencia sexual y de género, se ha vuelto sin precedentes, afectando a la población y bloqueando la ayuda humanitaria. Esta inseguridad no solo amenaza la transición política, sino también la economía y el futuro del país, ya que muchos niños no pueden ir a la escuela y profesionales cualificados abandonan el país.
Movimiento de justicia popular y expansión
Narra como en medio de este panorama, el denominado El movimiento de justicia popular "Bwa Kale", ha llevado a cabo ejecuciones de presuntos miembros de pandillas, y el que se ha extendido por todo el país debido a la falta de condenas en los últimos años.
“La inseguridad, la falta de instituciones y los débiles controles fronterizos benefician a los criminales y al tráfico de drogas, afectando a la actividad criminal transnacional en la región. El tráfico de armas y municiones es un motor principal de la expansión de las pandillas y la violencia armada en Haití, lo que requiere una acción urgente en cuanto a las sanciones de armas” dice el documento.
Llamado a la comunidad internacional
Las partes interesadas en Haití solicitan que las sanciones se complementen con un sólido apoyo de la comunidad internacional en materia de seguridad para abordar los niveles actuales de violencia armada en el país.
Esta situación de violencia y caos en Haití representa un desafío significativo para la estabilidad de la región y exige una respuesta coordinada a nivel nacional e internacional para restaurar la seguridad y la gobernabilidad en el país.