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DANA en España: catástrofe climática con ya más de 160 víctimas

Valencia, epicentro de una tragedia climática que deja una estela de muerte y destrucción sin precedentes en 75 años

El paso de la DANA (Depresión Aislada en Niveles Altos) por España ha dejado cifras estremecedoras. Con más de 160 víctimas mortales, este fenómeno natural es considerado uno de los desastres climáticos más graves en el país en los últimos 75 años. La mayoría de las muertes han ocurrido en la Comunidad Valenciana, específicamente en localidades como Riba-roja de Túria, donde las lluvias torrenciales y las inundaciones alcanzaron niveles catastróficos.

Según el último informe del Centro de Coordinación de Emergencias de la Generalitat Valenciana, 155 personas han perdido la vida en esta región, superando incluso la devastación de tragedias pasadas como la riada de Biescas en 1996. 

En Riba-roja de Túria, el Ayuntamiento confirmó tres muertes directas causadas por el temporal y continúa la búsqueda de una persona que, según reportes, podría haber sido arrastrada mientras intentaba sacar agua de un sótano.

Este escenario ha llevado a las autoridades a reconocer la necesidad urgente de implementar medidas de prevención y adaptación climática. Ante la gravedad de los daños, la Generalitat Valenciana ha solicitado la declaratoria de zona catastrófica, esperando la llegada de fondos de emergencia para mitigar las pérdidas económicas y materiales sufridas en la región.

Este fenómeno se ha ganado un lugar entre los desastres climáticos más graves en la historia reciente de España. Aunque existen registros de otros eventos catastróficos, como la riada del Turia en 1957, con entre 80 y 100 fallecidos, y la riada de Biescas en 1996, que dejó un saldo de 87 muertes, esta DANA ha superado esas cifras y se ha convertido en un símbolo de la creciente amenaza que representan los fenómenos extremos en la península ibérica.

Históricamente, la catástrofe natural más mortífera en España fue la riada del Vallés en 1962, en la provincia de Barcelona, que causó entre 600 y 1,000 muertos. 

Otros eventos graves incluyen la tormenta de 1973 en las provincias de Granada, Almería, Alicante y Murcia, que cobró al menos 150 vidas, y la rotura de la presa de Vega de Tera en Zamora en 1959, la cual provocó el fallecimiento de 144 personas. 

En un contexto europeo, España ha experimentado una serie de episodios climáticos adversos en las últimas décadas, pero ninguno ha alcanzado la escala devastadora de estos eventos históricos hasta la presente DANA.

La Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) ha calificado esta DANA como la gota fría más adversa registrada en la Comunidad Valenciana en lo que va del siglo XXI. Los meteorólogos señalan que las condiciones extremas, como las que produjo la tormenta Filomena o la erupción volcánica en La Palma, se están volviendo más frecuentes debido al cambio climático. 

La AEMET ha subrayado la importancia de revisar y mejorar la infraestructura de emergencia y los protocolos de alerta temprana, a fin de reducir la vulnerabilidad de las zonas habitadas a las consecuencias del cambio climático.

La situación que dejó la DANA evidencia la vulnerabilidad de España ante fenómenos climáticos extremos. Las riadas, inundaciones y olas de calor se han intensificado en los últimos años, provocando un gran número de víctimas mortales y significativas pérdidas económicas. 

El país, que cuenta con costas y zonas montañosas, se encuentra en una situación geográfica que lo hace susceptible a estos cambios bruscos de clima.

Las olas de calor, los incendios forestales y las intensas lluvias se han convertido en una constante que exige políticas públicas adaptativas y fondos para infraestructura de emergencia. 

La planificación y la colaboración entre el gobierno y las comunidades locales son ahora más necesarias que nunca para establecer sistemas de protección climática adecuados.

Además de las devastadoras pérdidas humanas, el impacto de esta DANA también se extiende a la economía local y al bienestar de las comunidades afectadas. Las inundaciones han destruido viviendas, carreteras y campos agrícolas, generando pérdidas materiales millonarias. La reconstrucción de las áreas afectadas tomará tiempo y requerirá un esfuerzo conjunto del gobierno y la sociedad civil. Con datos de Europa Press.

FUENTE: https://www.diariodigital.com.do

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